Con todo el tema de las acreditaciones y peticiones de sexenios los investigadores se están empezando a familiarizar (a base de bien) con diversos conceptos documentales. Conceptos como indicios de calidad, factores de impacto o indización en bases de datos son ya moneda común incluso en aquéllas áreas donde esto sonaba a chino hace cuatro días.
Una de las dudas habituales de los profesores es si pueden aportar como contribución artículos in press, que ya están a disposición pública a través de las plataformas de revistas científicas online como por ejemplo science direct. Estos artículos ya tienen asignado un DOI (identificador de objetos digitales), pero aún no cuentan con volumen ni número ni paginación aún asignada, por lo que los distintos organismos encargados de evaluar estas contribuciones no suelen aceptarlo, ignorando por cierto, las nuevas dinámicas de la publicación académica (y es que un artículo puede tirarse más de un año in press).
Pero, ¿qué es un DOI? Muchos investigadores no han escuchado hablar de este identificador único de publicaciones científicas, pero qué bueno sería no tener que reseñar toda la ristra de datos bibliográficos asociados a una publicación y anotar únicamente el DOI de la misma. Se trata de un código alfanumérico que identifica en la web un artículo y que lo recupera incluso si éste se ubica en un servidor distinto al que fue alojado en un principio. Se evita así el típico problema de los enlaces rotos, muy habitual en macrowebs como las universitarias.
Una buena práctica documental es enlazar a los artículos académicos usando su DOI en lugar de la URL donde se ubica el artículo, asegurándonos así que este será recuperable en un futuro. Son muchas las revistas que ya lo usan para identificar sus contenidos, pero aún no es una práctica generalizada entre todos los editores científicos, especialmente en los académicos y pequeños editores.
Para entrar en cuestiones más técnicas puedes echar un vistazo a este post de infobiblio o a esta completa presentación de Teresa Malo de Molina.
Una de las dudas habituales de los profesores es si pueden aportar como contribución artículos in press, que ya están a disposición pública a través de las plataformas de revistas científicas online como por ejemplo science direct. Estos artículos ya tienen asignado un DOI (identificador de objetos digitales), pero aún no cuentan con volumen ni número ni paginación aún asignada, por lo que los distintos organismos encargados de evaluar estas contribuciones no suelen aceptarlo, ignorando por cierto, las nuevas dinámicas de la publicación académica (y es que un artículo puede tirarse más de un año in press).
Pero, ¿qué es un DOI? Muchos investigadores no han escuchado hablar de este identificador único de publicaciones científicas, pero qué bueno sería no tener que reseñar toda la ristra de datos bibliográficos asociados a una publicación y anotar únicamente el DOI de la misma. Se trata de un código alfanumérico que identifica en la web un artículo y que lo recupera incluso si éste se ubica en un servidor distinto al que fue alojado en un principio. Se evita así el típico problema de los enlaces rotos, muy habitual en macrowebs como las universitarias.
Una buena práctica documental es enlazar a los artículos académicos usando su DOI en lugar de la URL donde se ubica el artículo, asegurándonos así que este será recuperable en un futuro. Son muchas las revistas que ya lo usan para identificar sus contenidos, pero aún no es una práctica generalizada entre todos los editores científicos, especialmente en los académicos y pequeños editores.
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